El arbitraje en la era Grondona (Parte I)
Vientos de cambio
La promesa de Francisco Lamolina al asumir como vicepresidente del Colegio de Árbitros fue contundente: sanear y renovar el cuerpo arbitral. El ex árbitro, que el 18 de agosto de 2010, día de su asunción, postuló como principales premisas conducción, seriedad, honestidad, responsabilidad y disciplina ya empezó a cumplir con su palabra.
El hombre que siempre quiso Julio Grondona en ese lugar estratégico, anunció el 17 de noviembre que no les renovará el vínculo a cerca de treinta árbitros y asistentes. Una situación que no ocurría desde 1994 cuando en aquella oportunidad Jorge Romo, por ese entonces a cargo del Colegio, realizó una limpieza ordenada que tuvo como resultado alrededor de tres decenas de árbitros marginados.
“Con la anuencia del presidente de la AFA empezamos el recambio a mediano plazo; esperamos para antes de 2014 realizar la renovación de casi la totalidad de los árbitros internacionales, que por edad van a tener que ir retirándose. Queremos recuperar esa mística que nos llevó a estar entre los cinco primeros niveles de árbitros mundiales", fue el claro mensaje que transmitió Miguel Ángel Scime, presidente de la Dirección de Formación Arbitral (DFA).
Entre los actuales desplazados aparece el nombre del árbitro oriundo de Achiras y representante de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto, Ariel González. La principal razón que le esgrimieron a González, que llegó a dirigir Primera B Nacional pero no tuvo el gusto de hacerlo en Primera División, es que su edad no es la adecuada - tiene 39 años - para una proyección a futuro.
En la nómina también está Gabriel Brazenas - relegado de sus funciones luego de la polémica final Vélez - Huracán - y Javier Collado - quedó al margen luego de hacer públicas unas declaraciones en la revista cordobesa Deporte Total en donde habló de un presunto caso de soborno a uno de sus asistentes -.
La idea sustancial de Francisco Lamolina es generar el paulatino ascenso de nuevos árbitros que le permita el recambio generacional. Pero a días de su primera gran decisión ya comienzan a presumirse inquietudes.
Entre los árbitros con contrato cesado se encuentra Mauro Giannini. El juez de Bahía Blanca contó en un diario de su ciudad algunas intimidades de sus colegas. Después de esas declaraciones Giannini fue parado y no dirigió. Ahora se le suma como saldo final su destitución a manos del Colegio de Árbitros que comanda el ex árbitro internacional que dirigió el Mundial de Estados Unidos 1994. Lo más llamativo de todo es que tan solo tiene 33 años y después de haber dirigido en Primera División contaba con una importante proyección.
El secretario general del Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA), Guillermo Marconi, agregó que es muy posible que a Giannini no le hayan explicado los motivos de desafectación, pero a él se los tendrán que dar. Y a pesar de anunciar que no hay una decisión final tomada el futuro de Mauro Giannini aparece incierto
Esta llamativa situación es la que nos va a permitir hacer un recorrido para entender los manejos y las internas que existen en el seno del arbitraje futbolístico, una profesión que se convirtió en una atractiva salida laboral – los referís internacionales afiliados al SADRA reciben de salario por dirigir 90 minutos lo que un empleado de comercio obtiene en un mes completo de trabajo - y es la encargada de impartir justicia en un negocio que mueve millones de pesos.
Pero como sucede en cada una de las estructuras que dependen de la Asociación del Fútbol Argentino, el Colegio de Árbitros y la Dirección de Formación Arbitral son manipuladas por la postura personalista de Julio Grondona. Históricamente todo ha pasado por sus manos.
En casa mando yo
A mediados de 2010, casi en silencio y en medio del ruido del mundial de Sudáfrica, el siempre discutido Jorge Romo fue relegado de su puesto de director del Colegio de Árbitros de la AFA. En su lugar ingresó Francisco Lamolina. Pero el reemplazante oficial de Jorge Romo fue Julio Grondona quine se transformó en el presidente del Colegio de Árbitros. Lamolina es el vicepresidente. Esta nueva jugada se debe a que la FIFA dispuso que sea el presidente de cada una de las asociaciones el que esté al frente del organismo que se encarga de designar a los jueces para los partidos.
La salida de Romo se vivió como una victoria en la Dirección de Formación Arbitral. “El problema fundamental del arbitraje argentino es que entre el Colegio y la DFA hay dos mandos que no congenian, y los que sufren son los árbitros” declaró en enero Miguel Ángel Scime haciendo referencia a la clara división entre los entes.
A pesar de esto, Romo no perdió su puesto laboral ya que desembarcó en la Comisión Arbitral de la Conmebol, con ascendencia hacia la FIFA.
El arribo al arbitraje de Jorge Romo, amigo de Grondona, proveedor de su ferretería y sin antecedentes en el arbitraje, data de enero de 1991. Fue ese año cuando pasó a ocupar un lugar estratégico con la venia de “Don Julio”.
Con Romo manipulando el Colegio de Árbitros se acrecentaron las internas y aumentaron las suspicacias con respecto a su función. Esa situación se incrementó cuando en julio de 2006, en la reunión de Comité Ejecutivo, anunció que, en todas las categorías del fútbol argentino, los árbitros serían designados a dedo. "No puedo evitar que los dirigentes me vengan a ver a mi oficina", declaró en marzo de 2009 al diario La Nación respondiéndole a todos aquellos que cuestionaban su proceder.
La gran virtud de Romo, como todo hombre que tiene el apoyo del mandamás, fue haber sorteado sin dificultad momentos turbulentos en su gestión. En 1998 luego de declarar en el diario Clarín sobre la bajada de línea que Jorge Romo hacía a lo árbitros jóvenes para mirar las camisetas y quienes son los dirigentes de los clubes antes de sancionar, Javier Castrilli quedó solo en el mundo del arbitraje. Más allá que, por diversas cuestiones personales, laborales y profesionales, el sheriff siempre se mantuvo distanciado con sus colegas, tras esos dichos hasta “Don Julio” le soltó la mano. (NdR: son muchos los que se preguntaron como un árbitro indócil e inconveniente como Castrilli y que mantuvo problemas con varios actores del arbitraje subsistió tanto tiempo. La historia marca que en 1992 el suizo Joseph Blatter, por ese entonces mano derecha del presidente de la FIFA Joao Havelange, vio desempeñarse al árbitro en el Preolímpico de Asunción y quedó encantado. Desde entonces Grondona siempre lo bancó).
Fue esa cruzada mediática de 1998 la que marginó a Castrilli y la que fortificó a Jorge Romo que mantuvo su cargo en el Colegio durante nueve años más hasta que fue reemplazado por Francisco Lamolina.
mgasseuy@altoquedeportes.com.ar
Fuentes consultadas:
Diario Página 12
Diario La Nación
Suplemento Deportivo Olé
Diario Clarín
Diario La Nueva de Bahía Blanca
Revista Un Caño
Sitio web SADRA
Sitio web AFA
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