Julio Grondona nunca imagino que en el 2011, año en el que buscará llegar a las 36 temporadas manejando a su antojo la Asociación del Fútbol Argentino, su figura iba a ser el blanco predilecto de figuras que tardíamente emergen para cuestionar su proceder monopólico.
Lejos y olvidados en el tiempo quedaron Teodoro Nitti, un ex árbitro que en 1991 se presentó como su oponente y consiguió apenas un voto, y Raúl Gámez, el decente dirigente que mientras presidió Vélez Sarsfield elevó contundentes, pero aisladas, críticas al establishment futbolístico y fue incapaz de crear una estructura orgánica que desarticule el status quo impuesto por el grondonismo. Hoy, son otros los oponentes que buscan desbancar a “Don Julio”.
El que encabeza la cruzada anti-Grondona es el empresario mediático y presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza, Daniel Vila. La estructura periodística del multimedio Uno Medios, de su propiedad y del menemista José Luis Manzano, y el bizarro programa Show del Fútbol, que se emite en el canal América y tiene como referentes a Alejandro Fantino y a Oscar Ruggeri, son las estrategias propagandísticas que utiliza el empresario mendocino.
También se pueden sumar en la táctica dispuesta al obsecuente periodista del fútbol de ascenso, Gabriel Anello, quien desde sus programas (El Ascenso por radio La Red, El Ascenso en América TV y www.ascenso.tv) denuncia que, además de “manejar una de las mayores redes de poder, dinero y mafiosas del país”, recibió amenazas de muerte por parte de del clan Grondona, y al spot que hizo circular América TV en donde se observa al ferretero de Sarandí sentado en la misma mesa que el genocida Jorge Rafael Videla.
La respuesta no se hizo esperar y el Comité Ejecutivo de la AFA emitió una solicitada que entre sus argumentos manifestaba que “intentar promover una Ley de facilitación a grupos empresarios, sociedades anónimas o holdings inversores en el fútbol, no requiere del desatino de vincular a Julio Humberto Grondona con lo peor del pasado, asestando un golpe bajo, indigno de personas bien nacidas”. Firmada por un total de noventa clubes el texto apareció en los diarios el domingo 15 y el sábado 21 de mayo. También un importante número de Ligas del interior del país se manifestó en contra de la campaña impulsada por Vila y los suyos. En ese listado no apareció el nombre de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto. Conscientes de que puede significar un alto costo político los dirigentes riocuartenses prefirieron mantenerse al margen y no ser cortesanos del régimen grondoniano.
Pero el verdadero caballo de batalla de Vila y su tropa es la Ley de Federalización, Igualdad, Transparencia y Democratización del Futbol presentada en la Comisión de Diputados del Congreso de la Nación. Elaborada por el propio Vila y el profesor Gustavo Abreu, de la Universidad Austral, e impulsada por el diputado tucumano del Frente para la Victoria, Gerónimo Vargas Aignasse (NdR: en un principio el dirigente estaba respaldado por trece diputados pero a último momento le quitaron el apoyo y quedó solo), la ley, en su artículo siete, promueve que en la elección de autoridades en la Asociación del Fútbol Argentino podrán participar todos los clubes afiliados del país y en las Ligas Provinciales podrán hacerlo todos los clubes afiliados de cada provincia. Además, impone que los mandatos durarán cuatro años con sólo una reelección para cualquiera de sus autoridades. En los artículos ocho y nueve se registra lo más cuestionable de la Ley ya que estos apartados sostienen “que dentro de los términos de la ley vigente los clubes podrán decidir individualmente el tipo de persona jurídica a la que se sujetarán” y que “queda expresamente autorizada la actividad dirigencial rentada, la cual dependerá de la decisión de cada institución o asociación”. Una clara demostración de la apertura a la privatización de las instituciones en el fútbol argentino. “Para algunos clubes las sociedades anónimas pueden ser su salvación”, le dijo Daniel Vila a la revista Un Caño.
Al leer los dieciocho artículos, uno encuentra que la Ley tiene puntos fuertes y buenos, pero también otros discutibles y controvertibles. Pero para quienes militan por un fútbol más digno, sin violencia y corrupción, lo que genera ruido son los nombres que encabezan el proyecto.
Es el caso de Salvemos al Fútbol, una ONG que denuncia con método y persistencia la violencia y la corrupción desde que se fundó, en septiembre de 2006. Mónica Nizzardo y Liliana García, referentes de la organización, recibieron en su sede a Vila y Fantino y tras escuchar la propuesta elevaron un documento que explica que “no está dentro de los roles funcionales de Salvemos al Fútbol –ni en la voluntad de sus integrantes– intervenir en campañas a favor o en contra de candidato alguno, sea cual fuere la instancia que se discuta”. Y agrega: “A nadie escapa nuestra batalla por la democratización de AFA. La entendemos parte fundamental del logro de un fútbol limpio y en paz. Pero esta lucha no contempla apoyar a nadie, ni dejar de hacerlo, en el marco de una disputa eleccionaria. Luchamos por el objetivo de un sistema limpio, no por nombres particulares”.
Otros que cuestionaron el andar de Grondona fueron Daniel Pasarella y Diego Maradona. Reflejando la asfixia institucional del club de Núñez y enfocando su disgusto en un hecho particular, el presidente de River Plate, otrora aliado de “Don Julio”, le pidió en la cara la renuncia tras el bochornoso arbitraje de Patricio Loustau en el partido que su equipo cayó frente a Boca Juniors. A pesar de la inconsistencia, las declaraciones del “Kaiser” levantaron polvareda y a sus críticas se sumaron las tardías denuncias del ex árbitro Javier Ruiz quien reveló hechos de corrupción y cuestionó el manejo arbitral y el pedido a Julio Grondona por parte de Julio Comparada, presidente de Independiente, de la renuncia del vicepresidente del Colegio de Árbitros, Francisco Lamolina, por el flojo desempeño arbitral en el campeonato mayor del fútbol argentino.
Por su parte, acostumbrado a utilizar munición gruesa y rescatar temas del pasado que tienen hasta el efecto de dañar a su propia persona, Maradona disparó contra el presidente de la AFA al declarar que en 1993, en el partido repechaje frente a Australia, Grondona les dio vía libre para tomar sustancias porque no iba haber antidoping”. “Traté de que en el último partido no hubiera control de doping porque venían los jugadores que no los tengo en mi país y uno no puede saber qué toman y qué dejan de tomar”, dijo un tranquilo Grondona que no recibió sanción alguna por parte de la FIFA.
Demostrando su fuerte injerencia en el fútbol mundial, el vicepresidente primero de la FIFA ni se inmutó cuando el triniteño Jack Warner, presidente de la Concacaf y ex hombre fuerte de Joseph Blatter, apartado del Comité Ejecutivo de la FIFA por denuncias de corrupción en su contra, ventiló que el secretario general de la entidad futbolística, el belga Jerome Valcke, le dijo en un correo privado que Qatar "compró" la sede del Mundial 2022 y que cuatro miembros del Comité Ejecutivo recibieron cinco millones de dólares cada uno para votar por Qatar. Entre ellos figura Julio Grondona. Pero el dirigente argentino tampoco se preocupó porque Blatter no le soltó la mano.
Conocedor del paño “Don Julio” desplegó su táctica defensiva, ante los dispersos y desarticulados frentes que le disputan el poder, respaldado por los amos del fútbol mundial, los obsecuentes dirigentes levanta manos y la influyente caja del “Fútbol para Todos” suministrada por el gobierno nacional que aporta dinero fresco para las maltrechas finanzas de los clubes. Por eso, en Viamonte 1366, los grondonistas están seguros que en octubre su poder se prolongará hasta 2015. Porque intuyen y sabenque los movimientos de su oposición, hasta el momento, no fueron capaces de amenazar con jaque mate a su rey.
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