El avance sin escalas del capitalismo, profundizado sobretodo en la década neoliberal del noventa, ha convertido al mundo en un inmenso mercado en el que habitan miles de mercaderes que buscan incesantemente algún negocio que sea redituable. Todo esto a costa de millones de personas que se ven desprotegidas y desposeídas socioeconómicamente.
El fútbol no es la excepción. El deporte más hermoso del mundo se ha transformado en un inmenso negocio en donde son unos pocos los que se benefician. Empresarios que compran clubes por millones de dólares, instituciones desvalijadas socialmente, jugadores convertidos en valiosas mercancías y miles de padres buscando que sus hijos encuentren con el fútbol su “salvación”.
El fútbol al ser instrumentado de esta manera se ha convertido en un contundente producto de alienación. Enajenación que se visualiza cada vez más al observar como muchas instituciones deportivas dejaron al margen ser un lugar de contención social.
Una de las excepciones, entre tantas que existen en nuestro país, es el Club Social, Atlético y Deportivo Ernesto Guevara de la ciudad de Jesús María.
La institución fundada el 14 de diciembre de 2006 no sólo tiene el objetivo de generar la práctica del fútbol sino que se concibe como un importante espacio de contención social donde muchos jóvenes encuentran ése lugar donde aferrarse y soñar con un mundo mejor, tal como soñaba el líder revolucionario.
“Dentro y fuera de la cancha se percibe una mística especial. "El nombre del club no es casual. Implica una forma de ser y de hacer las cosas. El “Che” era un rebelde, pero un rebelde con causa, y eso es lo que queremos transmitirles a los chicos", sostiene al hablar del club Mónica Nielsen, una de las fundadoras.
Sin sede social, cancha ni campo de entrenamiento, sumaron más voluntades, se inscribieron en la Liga de Colón y comenzaron a darle vida a un sueño. Como dirigentes, jugadores o hinchas, todos simpatizan con las ideas del guerrillero heroico. Y a su manera, quieren contribuir a modelar el hombre nuevo del que hablaba Guevara.
Entrenan dos días a la semana. Hasta marzo de 2010 sólo competían con primera división y reserva. En la actualidad cuentan con categorías formativas.
Hacen de local en la cancha de Alianza de Jesús María gracias a que los chicos hicieron un trabajo voluntario levantando la tapia del club que se vio afectada por una fuerte tormenta. Desde entonces siente ese lugar como propio.
“Pensamos en conformar este espacio utilizando el lenguaje del fútbol. Es una muy buena forma de llegar a los chicos. Con este deporte podemos ir bajando nuestros ideales y también construir algo diferente. A través del juego y la diversión a los chicos les podemos enseñar otros valores de la vida”, asegura Nielsen.
Dijo el “Che” en un discurso de mayo de 1964: “Aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esa dirección, está comprometida la producción de si mismos”.
El club se inscribió en la Inspección General de Justicia con un estatuto que prioriza como principios “generar una nueva cultura solidaria y participativa en los adolescentes y en los niños”.
Para quienes forman parte de la institución, y para orgullo de Ernesto Guevara, es muy gratificante saber que llevando como bandera la convicción y el compromiso el sueño se transforma, día a día, en realidad y suma más adeptos.
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