jueves, 11 de noviembre de 2010

Salvar al fútbol

De eso se trata. De salvarlo. Tarea difícil y titánica de un grupo de luchadores que decidió empezar a trabajar mancomunadamente para lograr restablecer el daño que éste deporte está generando socialmente. Para eso nació la asociación civil sin fines de lucro “Salvemos al Fútbol” fundada por Mónica Nizzardo y Mariano Bergés en 2006 y en donde un 50 % de su Comisión Directiva está conformada por familiares de víctimas que arrojó la violencia en el fútbol.
Con dirigentes deportivos y políticos manteniendo connivencias con barras bravas que usufructúan en muchas instituciones deportivas y sistemas de seguridad cómplices que hacen la vista gorda, el fútbol se ha convertido en una corporación que reúne a diversos actores y sacan su propio beneficio, perjudicando a miles de inocentes. Contra ese sistema espurio es que nació la ONG, para llevar a la justicia todo hecho de violencia y corrupción.
El anhelo de la organización es que llegue ese día que la justicia sea justa y que los violentos y corruptos estén erradicados, ese día en que los operativos policiales sean eficientes, ese día en que los legisladores se involucren como es debido, ese día en que el presidente de la A.F.A. cumpla su estatuto y sea ejemplo. Sueño que a esta altura parece inalcanzable.
Un exhaustivo y estremecedor relevamiento indica que son 250 las víctimas que ha arrojado a lo largo de la historia el fútbol en nuestro país. Si a ése número se le saca los 71 muertos de la tragedia denominada “Puerta 12” de 1968 el 75% de las víctimas se registraron en el período de Julio Humberto Grondona, al frente de la Asociación del Fútbol Argentino desde abril de 1979. A esto hay que sumarle que durante el mandato de “Don Julio” un total de 30 clubes quebraron o se presentaron en concurso de acreedores. En palabras de Nizzardo y Bergés, “Salvemos al fútbol” busca la democratización en A.F.A y para ello es necesario que Grondona y toda su estructura deje el sillón de Viamonte 1366.
El poder político también saca sus beneficios con el fútbol, lo que lleva a la indignación a quienes integran “Salvemos al Fútbol”.
Haciendo una contundente diferenciación entre la ONG que manejan Nizzardo y Bergés con la organización denominada Hinchadas Unidas Argentinas que manipula Marcelo Mallo, puntero kirchnerista de Quilmes, escribió el prestigioso y comprometido periodista Gustavo Veiga: “El contraste entre ambas organizaciones resulta notable y sus diferentes recursos también. Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) tiene su sede en un petit hotel de tres pisos y 600 metros cuadrados sobre la calle Junín. Salvemos al Fútbol (SAF) funciona en un departamento de 42 metros de superficie donde vive su presidenta. Están separados por una cuadra y media de distancia, en el barrio de Congreso. Al primer edificio lo suelen visitar centenares de barrabravas liderados por un puntero kirchnerista de Quilmes. A la pequeña vivienda de la calle Ayacucho le reclaman las expensas atrasadas y necesita 800 pesos en impuestos y servicios para mantenerse. Los integrantes de HUA viajaron al Mundial de Sudáfrica con dineros de dudosa procedencia y SAF sobrevive con la cuota de 20 pesos mensuales que pagan trece de sus dieciocho socios (a cinco madres con hijos que murieron por la violencia en el fútbol se las relevó del aporte)”.
Y agrega: “Unos, los barras, reclaman prebendas como trabajar de acomodadores en los estadios. Los otros, una ex dirigente y profesora de música, un ex juez, familiares de las víctimas e hinchas a secas, ya hicieron unas sesenta denuncias judiciales contra políticos, policías, directivos y la patota. Mientras la ONG que conduce Marcelo Mallo cobró notoria visibilidad en la Copa del Mundo y por ahora goza de buena salud, Mónica Nizzardo está jaqueada por las deudas que contrajo para mantener viva a Salvemos (así le dicen afectuosamente sus integrantes) y abandonará la presidencia full time porque necesita trabajar para subsistir. Los dos casos, por tan desiguales, expresan la sinrazón de estos tiempos de fútbol violento.
Contra esto, y mucho más, trabajan y luchan cada una de las personas que integran “Salvemos al fútbol”. Personas que no se tapan los ojos y no se les nubla la vista y militan por una sociedad justa.

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