lunes, 27 de agosto de 2012

Fútbol anarquista – Parte II


“En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo”, escribió en la década del noventa Eduardo Galeano en su libro “Fútbol a sol y sombra”.
Luego de la profesionalización que llevó a cambiar la idiosincrasia del fútbol nacional se produjo un  cambio radical en la estructura del fútbol mundial. Se dio con el arribo, en la década del setenta, de Joao Havelange a la presidencia de la FIFA. Al mando de la entidad madre del fútbol la historia el brasileño comenzó a considerarlo como un redituable producto y lo introdujo en el mercado global.
En un gran trabajo sobre el negocio del fútbol mundial, el periodista ecuatoriano Fernando Carrión sostiene que “en la actualidad, es imposible entender el fútbol si no es en relación a la economía mundial y a  la microeconomía de cada unidad productiva (el  club). Hoy en día, la competencia deportiva no es otra cosa que una competencia mercantil, la cual, es organizada por la "mano invisible" de la multinacional monopólica de la FIFA, bajo un sistema regulatorio absolutamente centralizado1”.
Carrión, quien también es Coordinador de FLACSO en Ecuador, agrega que “la FIFA se comporta cada vez con mayor fuerza como una empresa multinacional que tiene una lógica de franquicia que opera regionalmente a partir de las seis confederaciones con las cuales regula el mercado nacional e internacional de competencias”. Fútbol capitalista en su máxima expresión que demuestra cómo ha dejado de ser simplemente un deporte y se ha transformado en un inmenso negocio que es aprovechado por unos pocos.
Ante el avance del mercado futbolístico los dueños del fútbol mundial intentan demostrar que no es un negocio y hacen prevalecer su esencia social. “El fútbol, como actividad, es la muestra más genuina de vocación humanista, excluyendo fronteras, construyendo solidaridad, mejor calidad de vida y tolerancia. Es de naturaleza integradora. Por ello debemos luchar siempre: por preservar la esencia de nuestro deporte, su espíritu, sus reglas, su independencia. Con ánimo renovador y enorme responsabilidad”2. Estas palabras no pertenecen a un referente de una organización social sin fines de lucro que busca con el fútbol un aspecto integrador. Las expresó Nicolás Leoz, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y miembro  del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 1998. Su implacable lealtad al presidente Joseph Blatter le posibilita seguir manteniéndose en ese estratégico lugar pese a las diversas denuncias de corrupción que tiene en su contra. Leoz habría cobrado dos supuestos sobornos de 130.000 dólares de parte de la desaparecida empresa multinacional ISL, pero sigue inalterablemente conduciendo el fútbol sudamericano desde hace 26 años.
Es ante este tipo de situaciones que se pronuncian en diversos actores de manera reiterada en el planeta fútbol cuando toma notabilidad la reflexión del anarquista Osvaldo Bayer quien desde hace dos década viene sosteniendo que “cambiar el fútbol es más difícil que hacer la revolución”.
A pesar del incremento del mercado de la pelota y la visión apocalíptica de Bayer ante la imposibilidad de modificar la estructura futbolística, existen varios ejemplos que reivindican la acción comprometida y solidaria del fútbol en contraposición al balompié mercantilizado de la actualidad.
El caso más emblemático en el ámbito profesional es el Sant Pauli de Alemania. El club del barrio portuario de Hamburgo es un icono que en la década del ochenta se transformó en el primer club del mundo que se hacía antifascista, antisexista y antirracista incluyendo cláusulas en sus estatutos para respetar estas condiciones ideológicas y políticas.
Es el equipo de la clase trabajadora de Hamburgo que representa al fútbol de izquierda y es una manifiesta oposición al establishment capitalista. Entre tantas particularidades, el Sant Pauli, que milita en segunda división, tiene 11 millones de seguidores en Alemania, estuvo conducido por un presidente abiertamente gay y es el club alemán con más socias que ningún otro club alemán3.
En las montañas de Chiapas, Méjico, mujeres y hombres disfrutan jugando al fútbol conformando la selección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Con su característico pasamontaña, los insurgentes zapatistas utilizan su uniforme negro con la estampa de la estrella roja y saludan al público llevando su mano izquierda hasta un extremo de la frente.
En marzo de 1999, en una gran movilización, los zapatistas realizaron la marcha del color de la tierra y la consulta nacional por los derechos indígenas. Y entre tanta actividad se concretó el primer partido de fútbol de la selección del EZLN quien enfrentó a un equipo conformado por ex futbolistas profesionales que eran entrenados por Javier Aguirre, ex seleccionador de la Selección de Méjico. Utilizando al fútbol demuestran su lucha.
En el 2004 el Subcomandante Marcos invitó al Inter de Milán a realizar un partido amistoso con la selección zapatista. Si bien el partido nunca llegó a realizarse a pesar del visto bueno del presidente de la entidad italiana, Massimo Moratti, y varios referentes del fútbol mundial como Jorge Valdano, el EZLN enhebró una gran relación con el quipo italiano, principalmente con su capitán Javier Zanetti.
El hecho quedó demostrado cuando en abril de 2004 un grupo de paramilitares atacó a las bases de apoyo zapatistas que provocó un dañó en el sistema de transporte de agua a indígenas en Zinacantán y fueron los jugadores del Inter los que donaron el dinero para reparar el acueducto. Tiempo después también aportaron una gran cantidad de dinero para reparar una ambulancia y ayudar a un hospital con su infraestructura y medicinas4.
En Jesús María, provincia de Córdoba, desde el 14 de diciembre de 2006 existe el Club Social, Atlético y Deportivo Ernesto Guevara, una entidad que no sólo tiene el objetivo de generar la práctica del fútbol sino que se concibe como un importante espacio de contención social donde muchos jóvenes encuentran un lugar donde aferrarse y soñar con un mundo mejor.
En el año 2010, el “Che” Guevara impulsó la Copa América alternativa en el que participan equipos de corrientes izquierdistas y anarquistas. Forman parte instituciones que hacen del futbol la puerta de entrada para realizar actividades sociales, políticas y culturales en sectores marginados.
Este año, a finales de enero, el torneo se agrandó al recibir equipos europeos que promueven la militancia político-social de la mano del fútbol. Argentinos, brasileños y chilenos compartieron un fin de semana a puro fútbol con ingleses, lituanos, alemanes y belgas participaron en una jornada en donde sobresalió el compromiso y la solidaridad.
“Todos los clubes partimos del principio de utilizar al fútbol como medio integrador, con un sentido territorial, cada uno según las características del lugar donde se desarrollan. Por ejemplo, los ingleses y alemanes son antirracistas, los lituanos antifascistas. Los sudamericanos trabajamos más con la integración de los chicos de sectores más pobres y postergados”, contó Mónica Nielsen, fundadora del  “Che” Guevara a la revista Veintitrés.
La copa llevó el título de “Hombre Nuevo” y las banderas con la insignia que rodeaban las canchas no dejaron lugar a dudas: Ernesto Guevara estuvo presente de todas formas y colores5.
Nielsen sostiene que la Copa América alternativa fue pensada para reivindicar la acción comprometida y solidaria en contraposición a la mercantilización del futbol profesional y expresó: “no estamos de acuerdo con ese modelo de desarrollo para los jóvenes, buscamos formar hombres nuevos, comprometidos con la realidad”6.

mgasseuy@altoquedeportes.com.ar

Notas:
1.- Fernando Carrión (Mete gol, gana. El fútbol y la economía)
2.-Revista Conmebol Nº 130 – Abril 2012.
3.- Diario Marca (Punk, anarquismo y condones para la Bundesliga).
4.- futbolrebelde.org (EZLN: fútbol con pasamontaña).
5 y 6.- Revista Veintitrés (Fútbol al ritmo de la revolución).

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